No Mostrar tu Rostro
Uno de los mayores errores que puedes cometer en general y desde el principio es no mostrar quién eres claramente al mundo. Si no das la cara, en términos figurados pero también literales, la gente no sabrá quién está detrás del negocio ni tendrá, por lo tanto, motivos para confiar en tu oferta de servicio (o producto). Mostrar tu cara de forma natural y abierta y ser transparente genera, por motivos evidentes, una conexión muchísimo más rápida genuina y, a la larga, fortalece la relación con tu audiencia y afianza tu figura en su imaginario como alguien cálido, competente y autorizado.
Pensar que Sólo con una Buena Idea es Suficiente
Parecería que no hace falta decir esto pero sí, te confirmo que no basta con tener una gran idea o con encontrar un nicho aparentemente rentable; simple y llanamente, si no ofreces una alternativa mejor que la que ya proporciona, o puede proporcionar, tu competencia, nadie va prestar atención de verdad a tu negocio, o al menos no la suficiente como para que la cosa resulte rentable. Sí o sí tienes que ir en serio, es fundamental que te sumerjas en el mercado, que entiendas muy empáticamente los problemas de tu cliente potencial (Ideal Customer Profile) y, por lo tanto, seas capaz de ofrecerle soluciones reales, directas, útiles, asequibles y especializadas. Básicamente, sin una propuesta de valor clara y bien diferenciada tu idea, lo quieras o no, y lo entiendas o no, no va a tener el impacto que desearías o esperas (o quizá merece tu solución por su calidad).
Subestimar la Importancia del Análisis de Ingresos
No analizar al detalle tus ingresos y resultados es un error tan común como crítico: es imposible pretender ser un profesional serio y no realizar un análisis detallado de todas tus operaciones para identificar qué clientes te generan más ingresos y exactamente por qué. Ya sólo grabarte esto a fuego en la cabeza e implementarlo te permitirá entender mucho mejor a tu buyer persona y, así, poder tú enfocarte en aquellos clientes que sean los que realmente valoran y necesitan lo que ofreces, y/o que también sean los que más rentables te resulten.
No Hacer Preguntas Específicas
Cuando en efecto intentas aprender del mercado o de tus clientes, es importante hacer preguntas claras y muy específicas. Las preguntas vagas sólo te llevarán a respuestas poco útiles y acabas andando en círculos: pregunta de manera concreta y enfócate en los detalles que realmente importan para tu negocio; todo lo demás es paja.
No Tener Claridad sobre tu Cliente Ideal
Construir tu perfil de cliente ideal (ICP), o buyer persona, es esencial, porque si no sabes a quién le estás vendiendo, no podrás diseñar estrategias acotadas y efectivas. Mentalízate de que tendrás que dedicarle tiempo a entender qué características comunes tienen tus mejores clientes y los motiuvos específicos de por qué lograste proporcionarles buenos resultados.
Intentar Ofrecer Servicios sin el Conocimiento Adecuado
No juegues por encima de tu liga. Es cierto que es mejor ser cola de león que cabeza de ratón, o sea, que siempre es mejor ser el más tonto de la habitación que el más listo (sólo así se aprende) pero no cuando estás trabajando para alguien de manera competente: ofrecer servicios de los que no tienes conocimiento suficiente o para los que -aún- no estás capacitado es, sencillamente, un error grave. Si no entiendes bien el producto o servicio que estás vendiendo, qué función cumple o qué sentido tiene, será difícil (o pero: deshonesto) transmitir confianza y convencer a tus clientes de que la solución que ofreces es su la mejor opción. Antes de lanzarte a ofrecer algo, haz los deberes, o sea, asegúrate de conocerlo a fondo o de aprender lo necesario para poder comprenderlo bien.
Conclusión
Asumir esta mentalidad y entender la importancia de estas pautas te coloca por defecto en una posición de ventaja al emprender frente a quien se crea que puede arreglárselas sin ello (por ejemplo, sin haber definido sin claridad tu cliente ideal hipotético, sins aber cualificarlo, etc.). En eso se traduce la famosa monserga de estudiar, trabajar y adaptarse para ofrecer un servicio mejor y ganar en ese juego, pero es que es literalmente cierto que eso es de lo que va.
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